jueves, 3 de mayo de 2018

Al Soñar

Los sueños



Soñar es una función animal extendida a todos aquellos que duermen, que se desconectan de su estado de vigilia y que entran en diversos hipnoestados dentro de un período de tiempo.
Soñar es un estado del durmiente, uno o varios momentos en los que la energía se concentra en areas del cerebro que producen alucinaciones racionales, pero abstractas, que sumergen al individuo en un mundo de posibilidades infinitas, únicamente guiadas por factores que conducen el espectro imaginativo hacia un objetivo específico.

 Existen toda clase de sueños, sueños felices y pesadillas; sueños de lugares, de personas, de figuras, de animales. Sueños en los que se piensa, sueños en los que se observa, sueños en los que se actúa. Sueños memorables, y otros, de los que no conocemos su existencia.
Todos soñamos, y lo hacemos cada vez que dormimos, vivimos dos estados cada noche, y en el que la reprogramacion no se ejecuta en el cuerpo sino en la mente, se producen estados oníricos que nos hacen vivenciar diversos escenarios.

Soñar es la preparación diaria que nuestro cerebro desarrolla para la vida futura, es la representación de una o más posibilidades que nuestra mente considera necesario representar para prepararse para actuar, o para entender de una forma menos influyente las posibilidades del futuro.

¿Que posibilidades? Todos vivimos una vida condicionada por diferentes factores, por el entorno, por las relaciones interpersonales, por nuestras raíces, por nuestras ambiciones, por nuestro pensamiento del uno mismo, y por lo que esperamos de ese uno mismo en la vida que le toca enfrentar.
 
Vivimos bajo valores propios y valores comunes, y buscamos actuar de forma que nos sintamos bien con nosotros mismos, sin que eso signifique sentirnos rechazados... ese es el límite, el rechazo; el límite entre lo que estamos dispuestos a expresar de nosotros mismos y a aceptar de la opinión de los demás.

Y en esto se basan las posibilidades que representamos al soñar, en situaciones de posible vida que el camino que estamos siguiendo nos podría mostrar, en ejemplos probables que podríamos llegar a experimentar de una forma u otra en el mundo despierto, y así nos probamos a nosotros mismos, y reaccionamos en los sueños, para aprender y comprobar, cual creemos que es el mejor comportamiento que debemos ejercer despiertos.

Está claro que no todos los sueños parecen tener sentido, que más de uno parece tan ridículo, que cuando despertamos y lo recordamos, sólo nos genera curiosidad y sorpresa.
El análisis forma un papel fundamental para encontrarle un sentido a lo sin sentido. Hay que observar los símbolos, las visualizaciones, las emociones, los elementos uno por uno, y el escenario general del sueño. La mente sabe como probarse de una forma poco predecible y de las maneras más abstractas posibles, sabe como representar el dolor con un clima, la felicidad con un color, el miedo con una forma, la inseguridad con un sonido. Nos pone en mundos que no existen, nos muestra a los que murieron, o nos crea personas que creemos no conocer, pero que al observar, son una mezcla de quienes conocemos.
También sabemos que no todos los sueños son abstractos, los hay más normales, imitaciones casi perfectas de un mundo normal, escenarios y posibilidades que vivimos y ni siquiera nos damos cuenta de que estamos soñando, parecen reales, se sienten como tal.

Pero el objetivo sigue siendo el mismo indiferentemente de la representación del sueño, probar a la mente, permitirle vivir lo que imagina, tener un pensamiento donde no sólo actúa una voz hablando consigo misma, sino donde tenemos que actuar y ser nosotros, mientras estamos en un lugar creado por nosotros mismos, por la otra mente, la que sabemos que existe, pero no conocemos nada de ella. La mente profunda entrena a la mente mundana.

Los sueños son emocionales, las partes del cerebro que trabajan al soñar, son áreas de pensamiento abstracto, creativo, y expresamente emocional. En los estados del sueño, nuestro cerebro racional deja de
Funcionar casi en su totalidad. Esto inhibe nuestra capacidad de darnos cuenta que la situación que estamos viviendo dormidos, sea cual sea, no es real, sino sólo una alucinacion preparada minuciosamente por nuestro cerebro, para cumplir un proceso de desarrollo evolutivo y de preparación para el futuro.

¿Futuro? Palabra simple pero de significado complejo, fácil de definir pero difícil de explicar. Es lo que viene después, lo que va suceder o dejar de suceder en el periodo inmediato posterior de tiempo del que estoy viviendo ahora. Por eso, dividimos el futuro en diferentes futuros, según la distancia de tiempo a la que estamos de el, tan cercano como el  "mañana", o lejano como el "algún día . Y no sólo categórizamos al futuro así, también por el área de nuestra vida a la que afecta. El futuro personal, el futuro profesional, el futuro con mi familia, con mis amigos, con la persona que amo, con mis sueños, mis deseos, mis placeres, mis ambiciones, metas, objetivos, miedos, limitaciones.

Y en eso se basa el soñar, en el sinnúmero de representaciones de las posibilidades del futuro, mostradas en forma abstracta o concreta, que aunque no las vayamos a vivir, y ni siquiera nos acerquemos a las mismas, estamos preparados de cierta manera para enfrentarlas y vivenciarlas.

Soñar no es sólo dormir, soñar es "ser"una amplia cantidad de posibilidades del yo.